En otras entradas hemos hablado de lesiones deportivas, afecciones propias de la edad infantil como los controvertidos “dolores de crecimiento”, o en etapas vitales como el embarazo. En esta ocasión vamos a hablar de una de las razones por las que la población mayor suele acudir al fisioterapeuta: las secuelas de las caídas.
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- Papá, ¿Qué estás haciendo? - Hago un ejercicio. - ¿Y por qué? - Porque me lo ha mandado mi fisioterapeuta. - Y ¿Para qué? - Para mejorar mi espalda. - Pero hijo mío, ¿tú no ibas a que te dieran masajes y te estirasen la espalda? - Abuela no te enteras de nada. Mi papá va al fisio no al masajista. - Veréis, os voy a contar lo que me explicó el fisioterapeuta y así nos aclaramos todos: Hace algunos días organizamos en QL Clínic una serie de charlas sobre cuidados durante el embarazo y el postparto. Cuando llegó el momento de abordar la parte del suelo pélvico planteé una sencilla dinámica; pedí a cada asistente que dibujase en los apuntes lo que ellas y ellos entendían por suelo de la pelvis. Posteriormente les pedí que describieran los dibujos entre los asistentes. El resultado fue bastante interesante pues la mayoría coincidían en los siguientes adjetivos; “cesta”, “hecha de músculo”, “con orificios”, “bajo el abdomen”. Creo que paso el 70% del tiempo contestando muchas dudas con negaciones del tipo: “No, una dieta no tiene comienzo y fin”. “No hay que pasar hambre para perder peso”. “Si no pierdes peso, la solución no está siempre en comer menos” “Eso de comer con moderación de todo no funciona, existen productos que anulan nuestro autocontrol alimentario”. “Que un alimento sea muy graso no implica que al comerlo vayas a ganar peso”. “Que no pierdas peso, no es un indicador de que estés haciendo las cosas mal” “No tienes que comer 5 veces al día de forma general” “No tienes que eliminar ciertas frutas u hortalizas por su alto contenido en azúcar” “No quiero que limites tu vida social para conseguir tus objetivos” “No tienes que hacerlo al 100% bien siempre” “No vas a conseguir resultados rápidos” En esta entrada vamos a aportar información acerca de un tema de gran importancia como es la higiene postural en las edades tempranas de la vida. Es posible que los datos que ofrecemos ya le suenen al lector; o puede que les sorprendan. Veremos qué ocurre cuando hayan concluido la lectura. Sería muy interesante recibir comentarios en el blog acerca de vuestra opinión. El dolor de espalda es un problema de salud grave en casi todos los países industrializados. Esto incluye a la población infantil y adolescente. En esta ocasión hablaremos del dolor de espalda en estos grupos de edades que dependen de adultos para su prevención y la promoción de hábitos saludables. Simplemente no soy de este mundo… Yo habito con frenesí la luna. No tengo miedo de morir; tengo miedo de esta tierra ajena, agresiva… No puedo pensar en cosas concretas; no me interesan. Yo no sé hablar como todos. Mis palabras son extrañas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con nadie… ¿Qué haré cuando me sumerja en mis fantásticos sueños y no pueda ascender? Por qué alguna vez va a tener que suceder. Me iré y no sabré volver. Es más, no sabré si quiera que hay un “saber volver”. No lo querré acaso. “Alejandra Pizarnik” Se definió como locura hasta final del S XIX a un determinado comportamiento que rechazaba las normas sociales establecidas. Una persona diagnosticada con Esquizofrenia puede tener alterados algunos aspectos psicológicos como el pensamiento, la percepción, las emociones o la voluntad. Alterado significa diferente, ni mejor, ni peor, DIFERENTE. Lo diferente parece que asusta, porque se sale de la norma, escapa a mi control, no lo entiendo, es raro. El primer dato que debe ponernos en alerta es saber que la inmensa mayoría de productos anunciados en televisión o Internet no corresponde a alimentos reales, presentes en la naturaleza sin procesado previo o mínimo tratamiento. Póngase de ejemplo: huevos, hortalizas, frutos secos, pescados, frutas,… Al fin y al cabo estos son los alimentos que nos aportan nutrientes para una correcta alimentación. Pero como se obtienen de la naturaleza, a la industria no le compensa informar de las bondades de éstos. No obtienen beneficio alguno de ello. Los anuncios que a menudo bombardean nuestra rutina y la de nuestros niños se parecen más a productos inventados por la industria y que son consecuencia de la mezcla de una larga lista de ingredientes refinados que pasan por un procesado químico y a los que habitualmente se añaden sustancias artificiales como aditivos, potenciadores del sabor, espesantes, conservantes… En algunas ocasiones nuestros hijos se quejan de dolor en las piernas que aparecen a última hora de la tarde. “Eso es que estás creciendo” se les suele decir. Pero, ¿es eso cierto? ¿Les duele porque se hacen mayores? ¿Crecer duele? Los dolores de crecimiento son a menudo descritos como un latido, una sensación de dolor punzante en las piernas, a menudo en la parte delantera de los muslos, las pantorrillas o detrás de las rodillas. Tienden a afectar ambas piernas y se producen por la noche, e incluso puede despertar a los niños y niñas que los padecen. Ante la duda los padres y madres debemos consultar con el pediatra pero en estas líneas intentaremos resumir qué se sabe a cerca de este cuadro clínico, cómo identificarlo, tratarlo y lo más importante, saber detectar aquellos signos y/o síntomas que nos hagan acudir con más antelación a su médico. |
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Enero 2024
Pablo Salazar. Fisioterapeuta. Colegiado nº 4269
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