Qué es eso de la relajación? “Yo con el ritmo de vida que llevo y todo lo que tengo encima, ¡como para relajarme!” ¿Cuántos de vosotros os sentís identificados con esta expresión? Estoy segura de que muchos. Hoy en día vivimos en una sociedad donde imperan el ritmo acelerado de vida, la falta de tiempo para dedicarse a uno mismo y el estrés, mientras que el descanso y el autocuidado parece que apenas ocupan un lugar. Estamos en muchas cosas a la vez, adelantándonos al futuro, que es lo que nos suele provocar el estrés, intentar controlar lo que no podemos porque aún no ha pasado. Esto se refleja tanto a nivel físico como psíquico con respuestas tales como irritabilidad e inquietud, sensación de agobio, ritmo cardíaco acelerado, tensión muscular, problemas digestivos, y una respiración entrecortada y superficial entre otros.
En nuestra jerarquía de valores priman las tareas de responsabilidad por encima de las tareas de cuidados personales, la clave está en saber encontrar el equilibrio. Claro está que tenemos que acudir al trabajo, a la cita con el médico, hacer la comida, etc., pero ¿Es posible encontrar un espacio para relajarme? Tenemos una herramienta fabulosa para ello, nuestra respiración. A través de la respiración podemos regular nuestro equilibrio emocional. Es una excelente y sencilla técnica de relajación que nos ayuda a mantener el control de la situación para actuar de forma serena y equilibrada. La respiración es un ancla al momento presente, es una manera de estar en contacto con la experiencia inmediata. Si tenemos un día con demasiada actividad, siempre podemos parar unos minutos y centrarnos en nuestra respiración. Os propongo hacer una práctica, para ello podéis cerrar los ojos si os resulta más fácil: Reajustando la postura, anclando los pies en el suelo, colocando las piernas en un ángulo de 90 grados, permitiendo que el peso del tronco caiga sobre la cara posterior de los muslos en contacto con el asiento, reajustando la columna vertebra a vertebra, elevando la coronilla como si un hilito tirase de ella hacia arriba, lo que permite un movimiento natural de retracción del mentón. Soltando los músculos de la cara, permitiendo que caigan con el peso de la gravedad, creando espacio entre las cejas, soltando la mandíbula desbloqueando los hombros, acercando lo omoplatos a la espalada para proyectar el pecho hacia delante, ablandando el abdomen y reposando las manos sobre los muslos con la palma hacia abajo. Haciendo un par de respiraciones profundas e inhalando y exhalando con naturalidad sin modificar la respiración, aceptando que esta es tu respiración de aquí y ahora, tu respiración del presente. Acompañando a la respiración a lo largo de todo su recorrido, a través de las fosas nasales, la garganta, los pulmones. Observando si el abdomen se mueve, pulmones, garganta, fosas nasales. Identificando el lugar del recorrido de la respiración donde la sientes de forma más intensa, quizá sea el labio superior o la nariz, o cualquier otro punto. Explorando y observando las sensaciones que deja la respiración en este lugar. Sensaciones de temperatura, de frescor, la frecuencia con la que el aire pasa, si es más intensa en un sitio que en otro, sensaciones de roce, de picor… Si te resulta más fácil puedes contar respiraciones, hasta 10, inhalando uno, exhalando uno, inhalando dos, exhalando dos, hasta llegar a 10. Quizás notes cómo al dejar de fijarte en la respiración, la mente se deja llevar por algún pensamiento. Es normal, la tendencia de la mente es vagar y tiene el hábito de saltar de un pensamiento a otro. No te preocupes, es habitual que al principio a la mente le cueste estar quieta. El objetivo es llevar a la mente de vuelta a casa, a la conciencia de la respiración. Notas el fluir de la respiración hacia dentro y hacia afuera. Poco a poco vamos a ir saliendo de esta práctica realizando un par de respiraciones profundas conectando con los estímulos externos, con la postura y las sensaciones corporales, permitiendo poco a poco el movimiento de los dedos de las manos y los pies, agradeciéndote interiormente este momento de autocuidado. En la medida que sea posible vamos a ir abriendo los ojos.
1 Comentario
22/9/2015 18:04:21
Magnífico artículo. La felicito.
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Enero 2024
Pablo Salazar. Fisioterapeuta. Colegiado nº 4269
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