A mí, de entrada la simple idea de estar enamorada como el primer día me agota, literalmente. Pero me encanta sentirme agotada. Asociamos el enamoramiento a los estados físicos de pérdida de control, sensación de cosquilleo, mariposas en el estómago, sequedad de boca, ruborización, estados de frío o calor intensos y repentinos… Cuando sentimos que todas estas sensaciones no nos acompañan cuando estamos con la otra persona o simplemente pensamos en ella, en general solemos sentirnos desenamorados. Pues bien, estas sensaciones no duran eternamente, se van transformando. El enamoramiento es una etapa más del amor. Etapas del amor:
- Limerencia. En esta etapa estamos “obsesionados” con el otro. Nuestra vida gira en torno a esa persona. Es como si nuestra identidad pasará a un segundo plano. Así entienden la mayoría de los mortales la etapa del enamoramiento. ¿Os imagináis? Toda la vida transmitiéndonos mensajes del tipo “para querer a los demás primero tienes que quererte a ti mismo” y de repente uno se enamora y a veces se olvida hasta de su propia existencia. Se parece a una adicción en toda regla: generas buenas dosis de norepirefrina, de dopamina, de serotonina, de testosterona también, ya que se mezcla el deseo… Es la química del bienestar y ya sabemos que el cerebro cuando está a gusto no es razonable, te pide más y más. - Establecimiento del vínculo amoroso. Aquí nos esforzamos en cuidar la relación. Al no estar en un estado de ensoñación continua somos más conscientes del amor que damos y recibimos. Si no estamos físicamente cerca de la persona es importante sentirnos emocionalmente conectados. Esa conexión hará que nuestra relación se consolide y sea más auténtica. Marshall sugiere un ejercicio para mejorar o recuperar la conexión: Mirar al otro a los ojos, sin decir nada, durante unos minutos, todos los días. Pocas cosas hay más transparentes en la vida que una mirada sincera. Los sentidos que más pesan cuando conectamos con los demás son la vista, el tacto y el oído: ver, tocar y escuchar en este orden. En esta etapa el amor es más leal, más compañero, más racional y maduro. Pero muchos pensamos que al no sentir la sintomatología física y emocional de la etapa del enamoramiento el amor ya se ha terminado, hay algo que no funciona y me siento desenamorado. Sin embargo esta etapa es la más larga en la que vive el amor. El enamoramiento no suele durar más de un año, al menos con esa intensidad. ¿Pensáis que todo el mundo está preparado para enamorarse? Yo creo que no. Enamorarse asusta y mucho. Puedes perder cierto control de parte de tu vida. Para entregarse a esa forma tan volcánica de sentir, primero tienes que ser valiente, estar dispuesto a sentirte vulnerable, a volar, a fantasear, a dejar un poco al margen nuestra parte más racional para entregarnos a esa otra parte pasional, esa que nace desde la sinrazón, esa que etiquetamos con nombres tales como “no lo puedo explicar” “escapa a mi control” “es un caos”, “me da miedo” y un largo etcétera. Para enamorarnos tenemos que estar despiertos, expectantes, con espíritu de explorar, de descubrir y soñar. Tenemos que estar VIVOS. Estar vivo no es ver la vida pasar, estar vivo es vivir la vida. Y ahora seguro que se os vienen al pensamiento los dos tipos de personas de las que hablo. Yo me quedo con vivir la vida, ¿y tú?
2 Comentarios
Rosa
24/7/2015 09:38:32
Me encanta estar agotada, y me encanta haber encontrado un amor para amar,reír,disfrutar y vivir mi vida. Gracias por recordarnos que amar no estar flotando sino querer y confiar en la persona que se ama. Besos miles para ti, guapa.
Responder
cristina
27/7/2015 04:28:15
Muchas gracias Rosa,me alegra que te haya gustado :).Un abrazo.
Responder
Tu comentario se publicará después de su aprobación.
Deja una respuesta. |
CategoriAs
Todo
ArchivOs
Enero 2024
Pablo Salazar. Fisioterapeuta. Colegiado nº 4269
|