Nos vamos acercando al veranito y empezamos a prestarles mayor atención a los pies al llevarlos al descubierto. Hoy vamos a hablar del exceso de sudoración en los pies (HIPERHIDROSIS). Al estar el día encerrados en calcetines y zapatos, nuestros pies se humedecen por el sudor y eso favorece que se forme un medio idóneo para que las bacterias y los hongos campen a sus anchas, dando lugar a mal olor y a problemas como el pie de atleta. La humedad continua puede originar ampollas, maceración, irritación de la piel e infecciones locales. En este artículo nos vamos a centrar en la hiperhidrosis, puesto que con la práctica deportiva y el aumento de calor suele aumentar la sintomatología, como en este caso de los deportes de raqueta que se suelen practicar al aire libre haciendo que sea un problema frecuente en esta época del año. En posteriores entregas hablaremos de las micosis, ampollas y demás lesiones de la piel que suelen ser consecuencias de la hiperhidrosis. Qué es la hiperhidrosis
La hiperhidrosis es el aumento de sudoración por encima de las necesidades fisiológicas corporales para la termorregulación y el balance electrolítico. Las personas que la padecen tienen las glándulas sudoríparas bastante activas. Esta sudoración excesiva e incontrolable puede generar molestias significativa a nivel físico y emocional. El origen de dicha patología no está claro y no hay un consenso al respecto. Lo que sí está claro es que constituye un problema de salud frecuente y en muchos casos no se trata de manera adecuada, originando a la larga consecuencias negativas y mayores complicaciones. Qué tipos de hiperhidrosis hay Hiperhidrosis orgánica:
Hiperhidrosis no orgánica: Es la más común y se origina en momentos en los que la persona está sometida a alta carga emocional (nerviosismo, estrés) y tiene lugar en diferentes partes del cuerpo. Concretamente, la hiperhidrosis plantar, se caracteriza por la sensación permanente de humedad. Esta humedad constante desencadena problemas médicos secundarios significativos como los hongos o pie de atleta, descamación y mal olor por la presencia de bacterias en la piel y el sudor, impidiendo en algunos casos realizar sus actividades cotidianas. Además, en algunas ocasiones provoca un deterioro acelerado del calzado afectando la apariencia. Cómo podemos tratar la hiperhidrosis Son diversos los tratamientos que se pueden emplear para la Hiperhidrosis, nos vamos a centrar en tratamientos no invasivos y de acción local. En primer lugar, se recomienda acudir al profesional para que le haga una inspección de la piel y una valoración del alcance y evolución de la lesión para poder determinar en cada caso el tratamiento más adecuado. Hoy en día, hay multitud de tratamientos tópicos y en diferentes presentaciones (polvos, spray, cremas, fórmulas magistrales…) que nos van a ayudar a personalizar el tratamiento en cada caso. Lo más importante es seguir las pautas del tratamiento y ser constante para que el tratamiento sea lo más eficaz posible. A la hora de llevar a cabo el tratamiento, se recomienda una buena higiene y un buen secado para posteriormente hacer uso de los antitranspirantes. Algunas recomendaciones que nos pueden ayudar a disminuir esta patología Para mantener los pies lo más secos posible y minimizar el mal olor y otros inconvenientes derivados de la sudoración excesiva:
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Enero 2024
Pablo Salazar. Fisioterapeuta. Colegiado nº 4269
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