En la actualidad, existe poca información para guiar a los consumidores, comerciantes y profesionales de la salud acerca de los materiales, dimensiones y/o tipos de almohada. Además existe el hándicap de la infoxicación que nos envuelve y que en muchas ocasiones hace sentirnos incómodos a la hora de elegir almohada o al reflexionar sobre la idoneidad de las que tenemos en casa. Uno de los factores interesantes a la hora de elegir almohada es tener en cuenta al protagonista del proceso: el usuario. Como dijo Ortega y Gasset, “Yo soy yo y mi circunstancia”. En ergonomía tiene en cuenta al individuo y su contexto; es decir, se trata de adaptar el producto al usuario, evitando que ocurra a la inversa. Esto nos lleva a la siguiente cuestión: la concepción y la medición de la comodidad. El Confort se puede medir en un nivel objetivo (medición cuantitativa), y en un nivel subjetivo (percepciones particulares de un usuario y gustos). Pero lo que constituye "confort" puede variar de una persona a otra, con lo que la identificación de los criterios para la normalización de las almohadas resulta problemático. (1) En Ql Clinic hemos realizado una búsqueda en la bibliografía actual para ofrecer a nuestros lectores los datos que arroja la evidencia científica al respecto. Os invitamos a leer algunos aspectos interesantes sobre este tema y nos comprometemos a continuar añadiendo información útil y veraz conforme vayamos encontrándola en las fuentes avaladas por la comunidad científica.
Parece que efectivamente esta posición se altera significativamente cuando las personas cambian de una almohada de plumas comparada con el látex, foam y poliéster. La forma de una almohada de foam (regular o con contorno) no altera significativamente la pendiente del segmento vertebral cervical y torácico. (Hay que apuntar que este estudio se realizó con sujetos sanos y jóvenes.)
Por tanto, parece que lo que se conoce ya es que además de resultar una elección compleja que debe adaptarse al máximo a las características individuales, sí que parece que el género influye (ser hombre o mujer), al igual que la posición de sueño. Para ambos factores parece ser necesario un cambio en las dimensiones de la almohada y puede que el prototipo tipo “U” se acerque a la almohada que recomendemos más en un futuro. No queda claro el tipo de material aunque sí que varía el apoyo dependiendo del mismo. Esperamos que la información sea útil. A la hora de elegir almohada hay que tener en cuenta también el colchón y el somier. En próximas entradas abordaremos ese tema. Feliz lectura. Bibliografia
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Enero 2024
Pablo Salazar. Fisioterapeuta. Colegiado nº 4269
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